lunes, 27 de enero de 2014

Quién no lo ha dicho alguna vez

     Si eres de esas personas que lo tienes todo claro desde el principio cuando comienzas un nuevo proyecto, tal vez no entiendas todo lo que voy a contar a continuación. El resto me entenderá.
     Hay varias razones por las que tienes que deshacer un proyecto ya comenzado (y a veces terminado), pero las principales suelen ser:

  • Me lo he inventado: no te leiste el tutorial hasta el final, tenías tanta ansia por empezar que te lanzaste a la piscina. Al llegar al final descubres que el número de la aguja dependía del grosor de la lana, que había diferentes tallas y obviamente ésa no es la tuya, o cualquier tontería (o eso creías tú) similar.
  • Mi bebé es gigante o tiene demasiada cabeza: el tutorial está bien, tu trabajo es bueno PERO el tamaño que tiene el receptor de la prenda no es el que debería tener para su edad. El gorro para este invierno le habría servido a tu bebé en las navidades pasadas.
  • Mis materiales no son de tan buena calidad: y obviamente, no quedan como en la foto. No hay nada que decir, hay que rebajar expectativas.
  • No me gusta: lo que parecía genial en la pantalla, no es tan espectacular en tus manos.
  • Me aburro: se tarda mucho, tanto trabajo no merece la pena, tal vez pueda emplear el material en otra cosa más entretenida.
  • No me lo voy a poner: ya está terminado, todo resultó perfecto, pero... ¿en realidad voy a usar esa bufanda tan mona si no soporto ni llevar cuellos altos?
     Y como todas estas cosas a mí me pasan y me han pasado, no se me ocurre un mejor resumen de mi actitud ante lo hecho a mano.
     Si te has equivocado, no es lo que debería, no es como debería, es muy feo, te da pereza terminarlo o jamás lo vas a usar....DESHAZLO. Que es gratis.

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