miércoles, 29 de enero de 2014

Regalos de Reyes

     Tengo varios proyectos empezados (pero sin fecha para terminarlos).  El monedero de la entrada anterior sí quiero terminarlo pronto: es para mi cuñada y se lo "debo" desde hace casi un año. Cuando termine éste, haré otro igual para una amiga que está embarazada y no es cuestión de dejarla con el antojo.
     Circula también por mi casa una manta a medias de mi hermana. Ella hizo los cuadros, comenzó a unirlos y, tras varias semanas, se hartó. Y me ha pasado la manta a mí para que vaya enganchando cuadros a ratos.
     Pero la estrella de los proyectos sin caducidad vino motivada por un regalo de Reyes. Sus Majestades de Oriente me trajeron mucho material para manualidades. Pequeñas cositas que veía en tutoriales que, sin ser imprescindibles, facilitan mucho el trabajo, y también las agujas de punto más bonitas que he visto en mi vida. Son del número 8, de madera teñida en diferentes colores que, al ser torneada, forma vetas rojas, amarillas, verdes, azules... y claro, me picaban las manos de las ganas de estrenarlas. Así que me fui a mi tienda de chinos más cercana, elegí una lana lo bastante gruesa para el número de las agujas, y me lancé a hacer algo.
     Como otro de los objetos que me habían traído los Reyes era una aguja especial para hacer ochos, decidí hacer un cuello con un ocho enoooorme en el centro. Era muy ancho, quedaba bonito, pero con una madeja no tenía ni para darme una vuelta apretada al cuello. Moraleja: a deshacer.
     Pasado el furor de los ochos, decidí probar con el punto canasta. Lo había visto en distintos trabajos últimamente, busqué y me quedé con el tutorial de iknitts. Lo explican bastante claro y es un punto muy entretenido que queda muy bonito. El problema es que para que salga el dibujo los puntos a echar son múltiplos de 8 + 5. De nuevo me lancé a la aventura y me puse a tejer con 37 puntos en la aguja. Y de nuevo el resultado quedaba bonito pero no llegaba para nada. Demasiado ancho. A deshacer.
     Ahora estoy en la versión 3.0 que puede (y sólo digo puede) que sea la definitiva. Tengo 16 + 5 (y dos puntos de borde, en total 23) puntos en las agujas. Es estrecho, pero la idea es que sea lo bastante largo como para cerrarlo en un anillo y que dé un par de vueltas alrededor del cuello.
   Las agujas no se aprecian del todo bien en la foto, pero el tejido sí.
   Lo cierto es que estoy tejiendo por tejer. No tengo especial interés en el resultado final, y cuando lo termine puede que lo regale a algún familiar o amiga.
   O quizá, sólo quizá, lo vuelva a deshacer.
   Quién sabe.

martes, 28 de enero de 2014

Monedero flamenco

     El primer trabajo que he comenzado tras inaugurar el blog es un monedero. Lo llamo monedero flamenco porque así lo nombran en el blog de donde he sacado el patrón: Hasta el monyo de patrones en inglés.
No creo que vaya a tener que deshacerlo, es ya el cuarto que hago, con lo que ya le tengo cogida la medida.
     Este monedero flamenco yo lo he adaptado a mis propios materiales (el primero sí lo tuve que deshacer varias veces).
     Lo primero que tenéis que tener en cuenta es que tal vez la medida de la boquilla que encontréis no sea la misma que la que usó la autora. Esto se soluciona teniendo mucho cuidado y comprobando la medida poco a poco. Vais tejiendo las vueltas y cuando creáis que os estáis acercando a la medida, colocadla en la boquilla. Tiene que encajar hasta el fondo en los tres lados para poder coserlo bien.
     Para quienes sean expertas, esto es muy obvio, pero yo la primera vez no sabía ni por dónde tenía que coser el monedero. Y si no tienes cuidado, lo coses al revés y descubres que hay que deshacerlo entero cuando compruebas que no puedes cerrarlo (me ha pasado).
     Cuando tenga fotos, iré colgándolas poco a poco. De momento, aquí tenéis una foto del modelo terminado.

patron del monedero a crochet

lunes, 27 de enero de 2014

Quién no lo ha dicho alguna vez

     Si eres de esas personas que lo tienes todo claro desde el principio cuando comienzas un nuevo proyecto, tal vez no entiendas todo lo que voy a contar a continuación. El resto me entenderá.
     Hay varias razones por las que tienes que deshacer un proyecto ya comenzado (y a veces terminado), pero las principales suelen ser:

  • Me lo he inventado: no te leiste el tutorial hasta el final, tenías tanta ansia por empezar que te lanzaste a la piscina. Al llegar al final descubres que el número de la aguja dependía del grosor de la lana, que había diferentes tallas y obviamente ésa no es la tuya, o cualquier tontería (o eso creías tú) similar.
  • Mi bebé es gigante o tiene demasiada cabeza: el tutorial está bien, tu trabajo es bueno PERO el tamaño que tiene el receptor de la prenda no es el que debería tener para su edad. El gorro para este invierno le habría servido a tu bebé en las navidades pasadas.
  • Mis materiales no son de tan buena calidad: y obviamente, no quedan como en la foto. No hay nada que decir, hay que rebajar expectativas.
  • No me gusta: lo que parecía genial en la pantalla, no es tan espectacular en tus manos.
  • Me aburro: se tarda mucho, tanto trabajo no merece la pena, tal vez pueda emplear el material en otra cosa más entretenida.
  • No me lo voy a poner: ya está terminado, todo resultó perfecto, pero... ¿en realidad voy a usar esa bufanda tan mona si no soporto ni llevar cuellos altos?
     Y como todas estas cosas a mí me pasan y me han pasado, no se me ocurre un mejor resumen de mi actitud ante lo hecho a mano.
     Si te has equivocado, no es lo que debería, no es como debería, es muy feo, te da pereza terminarlo o jamás lo vas a usar....DESHAZLO. Que es gratis.